Desde el viernes 23 de presente, el diario Correo, conocido por difundir como “primicias” sus notas periodísticas acerca de los “senderistas”, vuelve a la carga levantando el “cuco de terrorismo”, esta vez ensañándose contra los familiares de los prisioneros de guerra asesinados por el Estado y el gobierno de García Pérez, en los penales de El Frontón, Lurigancho y Callao, en junio de 1986. A esta campaña de persecución macartista e inquisitorial se han sumado todos aquellos que por largos años viven a costa de la guerra interna, expresando su odio visceral, ¿Qué se podría esperar de los medios de prensa al servicio de la ultra derecha neoliberal y el imperialismo? Nada más que su esencia reaccionaria y visión anti histórica de la necesidad del pueblo, la nación y la sociedad peruana en su conjunto. De esta manera, las posiciones más recalcitrantes imponen su negativa a tratar y resolver los problemas pendientes derivados de la guerra.
El Movimiento Hijas del Pueblo, empuña el derecho a defender la Memoria Histórica del pueblo peruano; 30 años han tenido que esperar los familiares de los prisioneros del El Frontón, Lurigancho y Callao, para que solo siete de los restos sean entregados a sus familiares y puedan darles la sepultura que libremente decidan, ejerciendo el derecho de tener un lugar que abrigue sus restos para recordarles y rendirles homenaje, pero ¿Qué quiere la ultraderecha neoliberal? Negar este derecho al pueblo. Perseguir a quienes fusilo el 86 del siglo pasado. Recalcitrantes y retrógrados, más aun ese ultraderechista y neoliberal tecnócrata, que se quiso pintar de demócrata el 28 de julio, y que saluda el proceso en Colombia, pero en el Perú arremete contra el sentimiento y derecho de madres, hermanos e hijos de los héroes caídos.
Nos reafirmamos en la posición justa y correcta del PCP planteada desde 1992, de solución política, amnistía general y reconciliación nacional, que sirva a resolver los problemas pendientes derivados de la guerra que el Estado peruano se niega a tratar y resolver en función de la necesidad del pueblo, la nación y la sociedad peruana en su conjunto. El genocidio de junio del 1986, así como el de mayo del 1992 y de los miles de hijos del pueblo desaparecidos y asesinados en el campo y la ciudad durante el proceso de guerra popular, son de parte está necesidad, como sucede hoy Colombia, país que ha decido poner fin a un conflicto interno de más de 50 años.
¡ABAJO LA PERSECUCIÓN POLÍTICA MACARTISTA E INQUISITORIAL!
¡POR LA IMBORRABLE MEMORIA HISTÓRICA DE NUESTRO PUEBLO!
¡GENOCIDIO DE EL FRONTÓN, LURIGANCHO Y CALLAO, RESPONSABILIDAD DEL ESTADO PERUANO!
¡EXIGIMOS LA ENTREGA DE TODOS LOS RESTOS DE NUESTROS FAMILIARES ASESINADOS! ¡HASTA CUÁNDO!
¡SOLUCIÓN POLÍTICA, AMNISTÍA GENERAL Y RECONCILIACIÓN NACIONAL!
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