La ultraderecha derecha neoliberal, pretende borrar de la memoria del pueblo peruano el más siniestro genocidio de la historia peruana ejecutado el 19 de junio de 1986 por Alan García Pérez y su Consejo de Ministros, intenta encubrir la responsabilidad del Estado, su línea política y genocida que aplicó contra los comunistas, revolucionarios y el pueblo peruano, principalmente el campesinado pobre que participó en el proceso de guerra popular en nuestro país.
Hoy, levantando una vez más el sambenito de “terrorismo”, exigen demoler el mausoleo donde yacen los restos de 8 caídos en el genocidio de los penales de El Frontón, Lurigancho y Callao; sin mencionar siquiera que hasta la fecha, después de 30 años, nadie ha asumido la responsabilidad de este infame genocidio.
No les bastó con asesinarlos, quemar y desaparecer sus cuerpos, hacer escarnio reteniendo sus restos, ahora persiguen a sus familiares, amigos y quienes acompañaron la ceremonia, por el solo hecho de enterrar a sus seres queridos y horrar su memoria. Con odio y venganza aquellos que viven a costa del llamado “terrorismo”, quieren convertir en delito una milenaria costumbre de los hombres, devenida hoy en derecho. Recurren a la zozobra, pretenden desviar y encubrir los reales problemas en los que el Estado se debe enfocar en resolver, en vez de atacar y perseguir a los familiares y generar una corriente de opinión de rechazo y condena al homenaje a los hijos del pueblo asesinados en junio del 86.
En Colombia, hoy por hoy, después de 52 años se sella un proceso de paz que muchos en nuestro país ensalzan, incluso el actual presidente Kuczynski, pero no quieren ni mencionar la situación concreta de los problemas derivados de la guerra en nuestro país. Entonces, ¿De qué democracia hablamos, si se pretenden prohibir y hostigar hasta el derecho a enterrar a los revolucionarios y comunistas?
Expresamos nuestra solidaridad de clase a la AFADEVIG frente a esta ofensiva reaccionaria, reiteramos nuestro compromiso de defender la memoria histórica, y en la necesidad de luchar por solución política, amnistía general y reconciliación nacional, como salida perentoria a los problemas derivados de la guerra.
¡POR EL DERECHO A ENTERRAR A LOS CAÍDOS EN EL GENOCIDIO DEL FRONTÓN, LURIGANCHO Y CALLAO!
¡NO A LA PERSECUCIÓN DE LOS FAMILIARES DEL FRONTÓN, LURIGANCHO Y CALLAO!
¡LOS MUERTOS SON OBJETO DE DERECHO Y MERECEN TODO NUESTRO RESPETO!
¡ABAJO LA POLITICA DE PERSECUCIÓN, ODIO Y VENGANZA!
¡POR LA IMBORRABLE MEMORIA HISTÓRICA DE NUESTRO PUEBLO!
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